El hijo pródigo

La noche es nuestra no deja de ser una tragedia griega. El héroe intenta escapar de su destino pero al final no puede evitar caer en él. Su sino no esta dictaminado por los dioses, sino por su tradición familiar. Forma parte de una estirpe de policías de la que ha intentando distanciarse. Lo malo es que lo hace tan bien que acaba cayendo en el otro lado de la ley sin pretenderlo, lo que le obliga a tomar su partido.

 

            Es el tercer largometraje de James Gray, que sólo ha rodado tres filmes en catorce años. En toda su parca obra ha unido siempre crimen y familia (Little Odessa, La otra cara del crimen). La noche es nuestra recupera los policiales setenteros, centrados en la lucha contra el delito y con ambigüedades morales. Pero básicamente es un magnífico drama familiar nada complaciente. La espléndida secuencia inicial lo expresa bien. El hijo destinado a ser pródigo (Joaquin Phoenix), que trabaja en una discoteca donde se distribuye droga, aparece en la fiesta de su padre, veterano y respetado capitán de policía (el gran Robert Duvall) . Su llamativo traje contrasta con los austeros de los policías. Su exuberante novia latina (Eva Mendes) choca con las sobrias esposas presentes. Las miradas que cruza con su padre y su hermano, otro superpoli (Mark Wahlberg), y los tiritos verbales entre ellos demuestran las malas relaciones. El remate de la secuencia es estupendo: Mientras el joven se morrea con su novia, los policías dedican un minuto de silencio a un compañero muerto el día anterior.

 

            El resto de la película trata de cómo estas barreras van cayendo y aproximando a los dos hermanos. Pero no es un guión fácil en el sentido de poner la elección por las fuerzas de la ley como la lógica. Para los dos hermanos será un proceso traumático y con grandes perdidas. Es una ironía, nos dice Gray, que para reforzar los lazos familiares haya que romper con todo lo demás. Para el personaje de Phoenix reencontrarse con los suyos significa alejarse de la familia rusa con la que se siente más integrado y más unido. El presentar a los mafiosos eslavos con los rasgos cotidianos de sus homólogos italianos es uno de los grandes hallazgos del film, que incluye otros, como una breve persecución de coches bajo la lluvia de cuya intensidad deberían aprender otros cineastas más dedicados a la acción que Gray. Y el haber sacado buen partido de tres actores tan discutibles como Wahlberg, Phoenix (ambos productores de la cinta) y sobre todo Eva Mendes. Tras ver este excelente y adulto film, sólo cabe desear que el cineasta se prodigue más y no deje pasar años entre película y película.

2 Responses to El hijo pródigo

  1. […] del novelista americano, les queda un apañado policial que sigue la estela de la magistral La noche es nuestra, con lo que esperemos estemos asistiendo a una cierta resurrección de uno de los géneros que más […]

  2. […] decisivamente, están de moda y son referencia de excelentes películas (Adiós, pequeña, adiós, La noche es nuestra) y otras más fallidas (Dueños de la calle), con lo que sus viejos postulados están de moda. […]

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