El camino falso

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Tal vez, la nueva ministra de Cultura, que se está convirtiendo en una presencia obsesiva en este recobrado blog, debía mirar hacía otro sitio en su cruzada contra los males del cine español, y no sólo internet. Como dice la amiga Mininha, los filmes españoles no son los más solicitados en la mula y similares. Más bien debían preocuparle otras cuestiones, como las que suscita el visionado de Al final del camino. Por ejemplo, hay una todopoderosa televisión detrás de la cinta, Antena 3. Se supone que las leyes que obligan a las cadenas a dedicar parte de sus inversiones al cine era para hacer productos de calidad y no este chanchullo, que lleva los malos hábitos de las series televisivas a la gran pantalla. El que las productoras de los seriales se hallen metidos en labores cinéfilas está provocando este efecto donde el audiovisual español parece un totum continuum. Un espectador que asista a este film por la tarde en el cine puede empalmar por la noche con Aida, Doctor Mateo o Cuestión de sexo sin solución de continuidad. Es como ver la misma función, con los mismos latiguillos estilísticos.

 

            El éxito el año pasado de Fuera de carta, producida por Daniel Ecija con los modos de Globomedia, ha marcado una ruta, del que Al final del camino es un nuevo jalón. Su guión, su realización, las problemáticas de los personajes, los estilemas de las actuaciones (encabezadas por la pareja de Aquí no hay quien viva, Malena Alterio y el unidimensional Fernando Tejero) y el timing de los diálogos son los propios de estas presuntamente sofisticadas teleseries. Pero el film, con su historia de parejas en crisis, no oculta que en el fondo es bastante rancio. Además de pertenecer a ese fastidioso género de filmes españoles donde parece que el único problema de esta invertebrada nación son sus relaciones sexuales (a lo mejor ahora con la crisis se aproximan más a los problemas de la gente común), Al final del camino no puede ocultar que bajo su patina urbanita su humor es profundamente antiguo. Chistes eróticos de colegio, gags gays, la insoportable pareja de risa fácil, y una sátira social que de suave es casi inexistente. Como sus modelos televisivos. ¿Cuándo veremos los equivalentes patrios de Los Soprano o The Wire?

 

            Sin embargo, tras el visionado, uno se queda con una pregunta malévola. La banda sonora del film ofrece en sus créditos la recuperación del clásico del pop español Free Yourself, obra del grupo Los Canarios cuyo líder era… Teddy Bautista, el Señor de los Derechos ¿Acaso está usando su influyente papel para que saquen del armario sus viejas canciones y embolsarse los royalties que con tanto ahínco defiende? Aquí les dejo la canción, un actuación en vivo en la que el Señor de los Derechos tiene al final un arrebato a lo Cachao. Eso si, gratis total.

 

 

5 Responses to El camino falso

  1. Magníficas canción e interpretación, por cierto, que lo cortés no quita lo valiente. Y mire el lado positivo: prestándola para esta banda sonora, por primera vez en décadas Don Teddy se gana el dinero honradamente.

  2. Microalgo dice:

    Silban las balas disparadas por el Profesor.

    Aún no es seguro, pero puede que me eliminen el ensayo del viernes con el coro de cámara.

    Sabe lo que eso significa, supongo. Ya le comentaré más en corto y en privado.

    Un abrazo y me alegro que esté Usted de vuelta.

  3. Mninha dice:

    Bueno, lo de «honradamente» habría que demostrarlo, que todos sabemos cómo se las gasta el amigo Teddy, o ‘Señor de los Derechos’, como acertadamente le bautiza el señor Alcancero, que da en el clavo con uno de los problemas de las últimas producciones españolas: el mangoneo de las televisiones.

    Lejos de imitar otros modelos (el norteamericano que tantas veces alabamos), aquí la intervención de las cadenas se limita a llevar a la pantalla grande lo que ‘triunfa’ en la pequeña, con todos sus defectos y sus supuestas virtudes, como los mismos y rancios chistes de siempre y, cómo no, un reparto conocido (televisivamente hablando) al que no importa en qué subproducto coloques porque ‘la gente va a ir a verlo’.

    Gracias por la alusión, por cierto.

  4. alcancero dice:

    Este mangoneo televisivo no afecta sólo al cine, sino al teatro. Recientemente tuve que asistir a una penosa función de «La fierecilla domada», de Shakespeare, interpretada por segundas figuras de las peores teleseries, como «Yo soy Bea» y «La familia Mata». La forma de hacerla en escena también era deudora de estos latiguillos que denuncio en el post. De hecho, si alguién de los presentes se molesta en mirar vía internet la cartelera teatral madrileña, verá muchos montajes hechos por productores sin escrúpulos que reúnen a estrellas catódicas sin importar la obra. Lo de Patricia Conde haciendo «39 escalones» tuvo que ser de risa.

    Y gracias a los comentadores habituales, que se mantienen fieles a este blog a pesar de los parones.

  5. Microalgo dice:

    Nada, nada. Aquí estamos siempre asomados.

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