Grandes esperanzas blancas del terror hispano, con más pretensiones que los entrañables viejos cutrerios de Paul Naschy y compañía, los catalanes Jaume Balgueró y Paco Plaza demuestran con [REC] que también pueden divertirse. Decir esto puede ser una boutade ante un film con el confeso objeto de hacer pasar al espectador 80 minutos de tensión en la butaca, pero para sus directores es una obra más relajada que sus trabajos por separado. Había más elaboración e intención en la magistral Darkness, Los sin nombre o Frágiles de Balagueró y más mala uva en la interesante El segundo nombre, de Plaza. En algunos casos, como en Darkness, llegando incluso a una atractiva metafísica del fantástico.
[REC] no deja de ser un film de terror a la moda. Presenta zombies al moderno estilo impuesto por Danny Boyle en 28 días después o Zack Snyder en la magnífica y coñona El amanecer de los muertos: rápidos, letales, siempre empapados en sangre propia o ajena y con unas dentaduras a prueba de bomba que muerden a los incautos humanos a diestro y siniestro. Y con una gran capacidad de aullar ayudados por unos técnicos de sonido que no vacilan en subirles el volumen. Como se ve, los torpones zombies de Romero, padre espiritual de todos los muertos vivientes que en el cine han sido en los últimos años, han pasado a mejor vida sin el preceptivo disparo en la cabeza.
Sin embargo, dos detalles salvan a [REC] de la rutina. Uno, lo de rodar cámara al hombro, lo que posibilita una inmediatez y una desestructuración de la planificación que ayuda al terror, al hacerlo todo más espontáneo. Dos, ambientar la acción en un viejo edificio de pisos de Barcelona, lleno de puertas pesadas para romper, de escaleras con recovecos y de pisos destartalados que pueden ocultar todo tipo de horrores.
Pero por lo demás no deja de ser un convencional film de terror. El plantearlo todo como un reportaje televisivo que se está grabando en ese momento acaba siendo un artificio que no deja de volverse en contra de la película, al hacerse cansino. Los personajes se nota demasiado que están ahí para que se los vayan comiendo los zombies. Los sustos son fáciles y previsibles. Y hay una chocante deriva final que intenta darle una confusa explicación conspirativa a todo lo que está pasando algo gratuita.Y que parece demasiado pensada para que las pandillas de adolescentes discutan a la salida de la sala sobre su significado final.
Tal vez la verdad de este proyecto se filtre en los momentos más relajados de la trama. Al principio, antes de que se desate todo, con el reportaje en el cuartel de bomberos que parece una parodia de la televisión cutre (“estoy deseando que pase algo”, dice la descerebrada reportera, digna representante de su clase) y en las entrevistas a los atrapados vecinos del bloque. Contado con un humor con el que igual hay que ver el resto de la trama, que a pesar de sus handicaps ya dichos consigue ser a veces adrenalítica. Seguro que Plaza y Balagueró pronto vuelven a sus personales fueros y nos dan mejores perlas de su talento.
Vamos! Todo un catálogo de lugares comunes y repaso a precedentes, ¿no? Incluidos los pellizcos en el brazo de la acompañante, tengo entendido, je, je.
Un abrazo, amigo, y larga vida al Alcancero.
Por cierto, que con lo del terror español en una casa de Barcelona me he acordado de un buen intento fallido: ‘Para entrar a vivir’. Qué gran película de terror si la hubieran sabido terminar a tiempo.
Lo del cuartel quizá es más innecesario, pero en las entrevistas a los vecinos sí que vi los mayores valores del film para que no fuese, como dices, otra peli de terror más.
Pues nada, voy a tener el inmenso honor de estrenar los comentarios de este su nuevo blog. Y como no he visto la peli, ni creo que lo haga hasta que la pasen en «cine de barrio», me parece muy bien la crítica, faltaría más.
Eso sí, para próximas entregas le recomiendo que avise a su público de los posibles «spoilers», que igual alguien quiere verla y le fastidia usted la intriga. Porque en ninguno de los trailers que he visto aparecen los dichosos zombies, sólo gente viva gritando y muy asustada. Y me da la impresión que esa era la sorpresa en el falso reportaje que tenían preparada los directores. Pero ya le digo que por mí puede seguir destripando tramas sin pudor, faltaría más.
Hola a todos.
Perdon a todos por la tardanza en la aparición de comentarios, pero no me había dado cuenta -cosas de usar una plataforma nueva- de que estaba activada la moderación y estaban todos los suyos esperando mi placet. Estaré a partir de ahora más atento, gracias por su apoyo.
Aclaración previa: Fue mi brazo el que recibió los nerviosos asaltos de mi acompañante, no al revés.
“Para entrar a vivr” formaba parte del proyecto que Chicho Ibáñez Serrador montó para Telecinco, llamado “Películas para no dormir”, que intentaba recuperar su mítica serie de terror de los 60, pero con más ambición, pues se llamó a buenos directores españoles. Sin embargo, la cadena no trató nada bien al producto. De esta serie era muy buena “La habitación del hijo” de Alex de la Iglesia. Me llamó la atención en su momento que Balagueró y de la Iglesia, que estrena en enero por cierto “Los crímenes de Oxford”, parecieron intercambiar sus personalidades cinematográficas. “Para entrar a vivir” era más gore y “La habitación del hijo” más sutil. Al fin y al cabo fue el amigo Alex quien puso de moda a los vecinos peligrosos en “La comunidad”. Pero el comentario de Academia me lleva a pensar en “Para entrar a vivir” como un ensayo general de “[REC]”.