Hace unos meses les hablé en este blog de Last Days, la última obra de Gust Van Sant, presentada en el ciclo Campus Cinema Alcances, que en la ciudad de Cádiz ofrece todas las semanas durante el curso académico películas en versión original subtitulada. Pues ahora el programa ha recuperado la primera película del director de Kentucky, Mala noche. Van Sant la rodó en 1985 con unos escasos 25.000 dólares que sacó de su trabajo en una agencia de publicidad. En los años de la eclosión del cine independiente americano –el verdadero, no el de ahora hecho por jóvenes ambiciosos que dan el salto a la industria a la primera oportunidad- esta ópera prima puso su granito de arena al movimiento. Se filmó en 16mm. y un nada glorioso blanco y negro, con una panda de ilustres desconocidos como actores de los que poco o nada más se supo.
Mala noche estuvo en el cajón hasta que Van Sant decidió añadir un eslabón más a su desconcertante carrera, que lo ha llevado desde entrar en los grandes estudios a la marginalidad más exclusiva, recuperándola. Remasterizó la cinta y la presentó en Cannes hace un par de años. Lo que se puede decir de ella es que es una ópera prima en el peor sentido del término. Mucha experimentación y pocos resultados. El cineasta ofrece un catálogo de recursos, tanto de planificación como de montaje, en el que se adivina al niño probando su juguete nuevo. Eso si, su trama de chaperos e inmigrantes ilegales prefigura la de alguno de sus mejores filmes. Con lo que el interés de recuperar Mala noche es para estudiosos y cinéfilos, con objeto de completar filmografías. Los pocos que viesen esta película en su momento no se imaginarían que Gus Van Sant acabaría haciendo obras maestras de la sequedad como Elephant. Pero tampoco proyectos tan insensatos como el remake de Psicosis.